Caminito de la escuela o la difícil elección de la escuela correcta en el tiempo correcto.
Tradicional, Waldorf, Montessori, Activa, Etievan, Nueva, Janusz, Korczak, etc, etc, etc. todos estos métodos pedagógicos son buenos y tienen aspectos interesantes pero lo más importante es tu hij@…
Durante cuatro años dediqué mi vida a la enseñanza de educación primaria o básica, primero en una escuela con bases de escuela Activa y luego en una escuela semi-tradicional virando a constructivista, y una pregunta recurrente de los padres era: “-¿Me recomienda que mi hijo se quede en la secundaria de esta escuela?, o ¿cuál me recomienda?”
Mi primera respuesta consistía en una pregunta: -¿Usted qué piensa que es lo más apropiado para su hijo?, a lo que venían una serie de razones que, generalmente, nada tenían que ver con los niños, sino que tenían más que ver con comentarios como “los resultados de las pruebas tales”, “he escuchado que allá los preparan de tal forma”, “es que el nivel del inglés o las matemáticas”, “es que aquí tienen pase directo a tal escuela”, “me dijeron que son muy rígidos o muy permisivos” o “mi otro hijo estudió allí y nos fue muy bien pero a mi sobrino le fue muy mal, pero ya no sé”.
Creo que la mayoría de nosotros elegimos la escuela de los chicos por las razones menos adecuadas, nosotros, por ejemplo, llevamos a nuestra hija mayor al colegio donde trabajábamos porque tenía una beca completa que decidimos aprovechar, sin embargo ahora que nuestra situación ha cambiado ambas permanecen en casa y disfrutan ampliamente de mamá y tienen la posibilidad de aprender muchas cosas que también harían en la escuela.
Sin embargo, ahora que se avecina el tiempo de escoger una escuela para la más grande de nuestras hijas decidimos retomar el tema y nos dimos cuenta que lo más importante al elegir una escuela es hacerlo de manera informada y por las razones más adecuadas. Por ejemplo a nuestra hija le costó tanto trabajo comenzar la escuela a una edad tan temprana que no aceptaba caminar en los trayectos casa-escuela y escuela-casa a pesar de que siempre ha estado acostumbrada a caminar largas distancias por iniciativa propia. Asimismo debemos considerar lo que menciona laura Gutman: “hay que dar valor a sus enfermedades recurrentes, sus agresiones, sus llantos” pues todo esto nos da indicios de lo que está sucediendo en la escuela o por motivo de ella.
Al conocer o analizar las metodologías, filosofías o modos de enseñanza debemos tomar en cuenta lo que sienten nuestros hijos y “vale la pena estar atentos a sus reacciones y buscar juntos la escuela que le sienta bien”. A veces nos proyectamos y elegimos el cómo nos hubiera gustado nuestra educación y dejamos de lado las necesidades de nuestros hijos; debemos informarnos en que consisten estas “maneras” de enseñar y entonces hacer un ejercicio conciensudo respecto a lo que necesitan nuestros hijos. Mi esposa y yo en lo particular congeniamos muchísimo con una forma educativa característica y no nos llama la atención otra, pero al momento de elegir debemos tomar en cuenta las necesidades de las pequeñas.
Dentro de los aspectos más recurrentes de cambio de escuela que ví en estos años de trabajo mencionaré los siguientes:
– La necesidad de una mayor atención a los pequeños. En ocasiones los grupos grandes abruman a nuestros hijos o simplemente su personalidad es muy demandante y los educadores no pueden brindar una atención especial a nuestros pequeños ya sea porque no están capacitados o simplemente porque resulta físicamente imposible hacerlo.
– El que los niños estén diagnosticados con algún transtorno de atención o del lenguaje. No es una limitante para que nuestros hijos estén en cualquier institución educativa pero en ocasiones puede ser útil o beneficiosa una institución especializada o una que al menos cuente con un aparato psicológico adecuado que brinde verdadero apoyo, nos oriente y dé seguimiento con obvia cooperación de los padres.
– En ocasiones un método de aprendizaje resulta más allegado a la forma de aprender de nuestros hijos, debemos tomar en cuenta que cada uno desarrolla las inteligencias múltiples en distintos niveles y aunque no resuelve la vida cambiar a nuestros chicos cada vez que parece que no entienden algo, es algo que podemos tomar en cuenta al decidir sobre su educación.
Desde mi particular punto de vista lo que más influye o puede influir en la elección de la escuela adecuada es:
- La economía. Es algo innegable, nadie tiene recursos ilimitados y aunque me fascinaría que mis hijas estudien en Cambridge o en Harvard debo animarles a que obtengan una beca porque nuestros recursos (todavía) no dan para tanto. Si nuestros hijos deben acudir a una escuela pública o si nuestros recursos no alcanzan para la escuela que deseamos, no nos angustiemos, el primer error sería enviar a nuestros hijos con un sentimiento de culpa o inferioridad, eso sería fatal.
- Personalidad. El primer contacto es esencial, llevemos a nuestros hijos a conocer las posibilidades de las escuelas y observemos cómo se desenvuelven los niños que ahí estudian para ver si corresponde a la personalidad que desarrolla nuestro pequeño cuando está en un estado de confianza, recordemos que al principio casi siempre será una experiencia estresante para ambos.
- Metodologías. Conozcamos todas las posibilidades educativas de cada método o forma pedagógica de nuestro interés y seamos curiosos respecto a los que no conocemoso de los que apenas hemos escuchado. Visitemos todos los planteles que nos sea posible sin caer en excesos y recordemos que tanto como las críticas como las recomendaciones son siempre subjetivas.
Mucha suerte con la elección de la guardería, kinder, primaria, etc. Que la fuerza los acompañe en tan interesante empresa y hagan de esta búsqueda una experiencia enriquecedora y divertida en compañía de quien realmente importa en esto: tus hijos. Recordemos que es un “esfuerzo desmesurado para el niño permanecer tal cantidad de tiempo sin recibir cuidados familiares, es decir, sin mirada cariñosa contacto físico y reposo hogareño. Justamente, eso es lo que tenemos que compensar”
OMar Soto.